martes, 6 de marzo de 2018

LA PLAGA MÁS PELIGROSA por Beatriz García Serrano

Durante años se ha perseguido a las palomas con pretextos falsos como la transmisión de enfermedades o el deterioro de edificios. Hasta hace pocos años en todas las ciudades de España se realizaban campañas sistemáticas de exterminio de palomas urbanas cazándolas para su posterior sacrificio por gaseamiento, cesión a la experimentación, cetrería, cotos de caza o centros de rehabilitación de especies para su uso como presa viva. Solamente en Barcelona cada año se exterminan 60.000 palomas. Este sistema aparte de ser cruel no reduce o controla la población de palomas urbanas. Está demostrado que es esta masacre es ineficaz.

Hay estudios que demuestran que la utilización de pienso anticonceptivo es una opción eficaz y viable. Es totalmente indoloro y no implica el asesinato de miles de animales. Sus ventajas principales son que permiten descenso de la población de manera natural y mejoran la salud de las palomas en general al conseguir el acceso a una alimentación más saludable.

Las palomas, como todo ser vivo, pueden padecer enfermedades. Muy pocas son zoonóticas (zoonosis son aquellas enfermedades e infecciones que se transmiten de forma natural entre los animales vertebrados y el ser humano y viceversa) y la mayoría de poca importancia. Estadísticamente no hay contagios de ciudadanos/as por convivir con las palomas urbanas. La zoonosis más puntera es la salmonela. Su transmisión principal es desde la alimentación, por el consumo de carne y huevos. ¡Sorpresa!

Otro mito entorno a las palomas es que son sucias. Las aves son muy limpias, siempre están preocupadas por mantener su plumaje aseado y en buenas condiciones. Si un ave urbana está sucia es porque la ciudad está sucia. En muchos casos además la desnutrición a la que son sometidas hace que tengan un aspecto más desaliñado.
Como ocurre con otras muchas especies, las palomas son completamente desconocidas, y a menudo el tratamiento que se les da es contrario, por ejemplo, llama la atención que sean usadas como símbolo de la paz y a la vez se les considere una plaga peligrosa para la salubridad, o que se trata de “ratas con alas”, menospreciando a ambas especies y demostrando el absoluto desconocimiento de las dos.
Las palomas son, por ejemplo, capaces de memorizar hasta 600 caras diferentes, responder a secuencias de acciones, contar, aprender normas abstractas (sólo primates habían pasado este test) e incluso pasar el test del espejo. En cuanto a la reproducción, son ambos progenitores se encargarán de la incubación de los huevos y la posterior crianza de los pichones. El sentido de la vista de las palomas es privilegiado, a diferencia del ser humano (cuya visión es tricromátrica), el ojo de las palomas es pentacromático, siendo el de la mayoría de las aves únicamente tetracromático.

A pesar de estos datos, ningún ser sintiente puede ser sometido a la masacre y maltrato, por el hecho de ser considerados más o menos agradables a los ojos de los seres humanos.

Uno de los principales pretextos por los que se persigue a las palomas es que se les da la consideración de plaga. Ciñéndonos a la definición del concepto, una plaga es la aparición masiva y repentina de seres vivos de la misma especie que causan graves daños a poblaciones animales o vegetales. Podemos comprobar que la especie que mejor se ajusta al concepto es la especie humana. La plaga más peligrosa...

Beatriz García Serrano, Activista Vegana
Madrid


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